Yo sé que este día para vos es especial por todo el peso que te sacas de encima.

Lo sé porque, en parte, para mi fue igual.

También sé que tenés muchos proyectos y ganas de independizarte.

No quiero decepcionarte pero no vas a poder, no aún.

Porque aunque te desee lo mejor, nada es tan fácil como creemos. 

 

Lo único que puedo hacer es pedirte cosas: 
Te pido que te equivoques.

Que hagas y deshagas tu vida como vos quieras, que decidas.

Hay muchos caminos libres y muchas paredes.

Camina por todos y chocate cuantas veces creas necesarias.

No te olvides que a veces esos muros se derrumban después del tercer golpe.

También vas a encontrar muchas puertas, tenes que entrar y salir por todas. 

 

Te pido, hermano, que vueles.

Que no intentes pasar la vida haciendo cosas que no querés,

nada ni nadie debería poder sacarte la sonrisa.

No te traiciones a vos mismo, hacé siempre lo que te haga feliz.

Nada es más importante que la felicidad. 

 

Te pido de todo corazón que te caigas y aprendas a levantarte.

Que fracases al menos una vez, porque sólo así vas a poder valorar un triunfo.

Que no te conformes con nada.

No te estanques porque siempre hay cosas mejores. 

 

Dem, hermano, te pido y deseo que puedas hacer todo eso

para poder lograr todo lo que te propongas

y superarlo si las cosas no salen como esperabas.

 

Tené presente que lo que sigue a partir de hoy

es -quizás- difícil,

pero te aseguro que es muy divertido. 

 

Entonces, el único consejo de vida que puedo darte

de ahora en más es: crecé libre y feliz.

 

 

 

 

Jennifer Melisa Tomé-

14 de diciembre de 2012